Por Marielisa Ortiz Berríos

El pasado sábado, 6 de junio se celebró el Día Nacional de las Veredas, cuyo propósito es invitar a las personas a reconectarse con la naturaleza caminando por alguna vereda localizada en algún bosque estatal, reserva o parque. Este año celebramos esta actividad y salimos a caminar al Bosque Estatal de Cambalache, ubicado entre los pueblos de Arecibo y Barceloneta. Aunque hacía mucho calor y el sol estaba en todo su apogeo, disfrutamos mucho de la caminata y aprendimos mucho en el trayecto.

Para mi hijo fue una gran experiencia y la asumió con mucho interés y entusiasmo. Caminamos junto otras familias y dirigidos por un guía de la Sociedad Ornitológica Puertorriqueña (SOPI), entidad que recién inauguró un centro ornitológico y educativo en este bosque, ubicado en la zona del karso.

Vereda en el Bosque Estatal de Cambalache. (fotos por Marielisa Ortiz)

Vereda en el Bosque Estatal de Cambalache. (fotos por Marielisa Ortiz)

Nos dedicamos a observar aves, plantas, árboles y a escuchar los sonidos característicos de un bosque. Compartimos con otras personas con las mismas inquietudes e intereses por aprender y admirar la naturaleza. Observamos un san pedrito, párajos bobos, reinitas, rolitas, pájaro carpintero y escuchamos la melodía del comeñame, la reinita mariposera, el bienteveo, el julián chiví, entre otros. También observamos plantas y árboles como la maya, la samia, salvia, el espino rubial, el almácigo, entre otras especies.Para mi hijo y estudiante estas son experiencias súper enriquecedoras, pues son extensiones de la labor educativa y enseñanza que realizamos en casa, pero -diría yo- con más beneficios debido a la interacción con el medio natural y la experiencia de poder ver, tocar, oler y caminar en un bosque.

Mi niño y yo disfrutamos del Día Nacional de las Veredas, hicimos ejercicio, aprendimos, interactuamos y compartimos tiempo de calidad. Ahora ya queremos planificar nuestro próxima aventura. ¿Participaste del Día Nacional de las Veredas? ¿Cuál es tu vereda favorita?