Por Marielisa Ortiz Berríos
Para el Periódico El Visitante
El ciudadano común en Puerto Rico encuentra en el supermercado sus comestibles favoritos y los echa en un carrito de compras. Pero, quizás esa persona desconozca que el producto que compró recorrió miles de millas desde su punto de origen, hasta llegar a sus manos.
El alimento, tan pronto es cosechado, comienza a perder vida y nutrientes. Es así como estas grandes compañías agrícolas utilizan químicos y sustancias sintéticas para conservarlos por más tiempo. No obstante, la ingesta para el consumidor no es completamente natural ni fresca.
Mucho se ha mencionado en los medios de comunicación sobre la inseguridad alimentaria de Puerto Rico. Esto se debe a que el 85% de la comida que se consume aquí proviene del exterior. La Isla recibe comida de más de 50 países, como China, Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Nicaragua, República Dominicana, entre otros. El concepto de seguridad alimentaria hace referencia a la disponibilidad de alimentos, el acceso de las personas a ellos y el aprovechamiento biológico de éstos.
Ante esta situación, expertos coinciden en que varios eventos podrían interrumpir esas cadenas de suministros que permiten que la comida llegue hasta los puertos de Puerto Rico. Acorde a la profesora Myrna Comas Pagán, del Departamento de Economía Agrícola y Sociología Rural del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (RUM), los desastres naturales, huelgas, problemas con suplidoras y hasta guerras y terrorismo, afectarían ese flujo continuo.
De igual forma, la profesora Comas Pagán indicó que “los recientes pronósticos sobre aumentos en la temperatura promedio global, los cambios en los patrones de precipitación pluvial y los aumentos en el nivel del mar, así como la intensidad y la frecuencia de los eventos meteorológicos extremos, representan otros riesgos para las ya vulnerables cadenas de suministros”. La también agricultora precisó que “éstos pueden tener serias consecuencias sobre las fincas (base de la producción de alimentos) en y fuera de Puerto Rico”. De ser así, la Isla contaría con alimentos para el consumo de su población sólo para varias semanas.
Entretanto, el profesor de planificación de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, Félix Aponte Ortiz, detalló que las sequías que han ocurrido en los últimos meses en Estados Unidos podrían tener una repercusión a nivel internacional y en la Isla. “La expresión de la sequía como fenómeno extremo del clima no es un asunto aislado, sino uno que puede comprometer la seguridad alimentaria global”, manifestó.
El planificador explicó que “la sequía, que técnicamente se considera hidrológica, es el resultado de una reducción en la precipitación pluvial y la prevalencia de altas temperaturas atmosféricas durante un período muy largo de tiempo. La falta de lluvia y el exceso de calor comprometen la viabilidad de la producción agrícola especialmente la de varios cultivos como el maíz y la soya. Las condiciones atmosféricas son tan severas que han excedido la capacidad de los agricultores para sostener las plantaciones con riego artificial”. Indicó también que “en el caso de Puerto Rico se anticipa que el impacto será sustancial pues la mayor parte de los alimentos que consumimos en el País son importados de ese mercado”.
Recomendaciones para trabajar con la inseguridad alimentaria
La profesora Comas Pagán recomendó que “es responsabilidad del gobierno, de la empresa privada, y de la ciudadanía en general, establecer estrategias de adaptación para manejar eventos adversos como éstos y organizar cadenas de suministro de alimentos más resistentes a los riesgos (resilientes)”.
De igual forma, incluyó a la plataforma de la Iglesia Católica como un eslabón importante en la realización de la seguridad alimentaria de la Isla. “Desde siempre la Iglesia Católica ha sido parte de la seguridad alimentaria y ha trabajado con este tema desde distintas perspectivas, en distintos países”, destacó la agrónoma. “En Puerto Rico sabemos que la Iglesia Católica tiene centros para ayudar a deambulantes y a madres solteras, pero ante la crisis alimentaria, la Iglesia puede asumir un rol protagónico y de liderato a nivel de la sociedad, en la cual provea y sea más agresiva en llevar el mensaje de la seguridad alimentaria”.
Comas Pagán recordó que Puerto Rico recibe comida hasta de países tan lejanos como Etiopía. “Pero ellos se están muriendo de hambre”, dijo, al añadir que esta situación hay que “repensarla”, refiriéndose a la forma que trabajan ciertos países su propia seguridad alimentaria. Otros países, que sus ciudadanos se mueren de hambre, y exportan alimentos, son Bangladesh y la India.
“Nosotros en Puerto Rico estamos muy confiados de que hay comida en los supermercados y tenemos dinero para comprar, pero en la Isla existe inseguridad alimentaria. Si hablamos en cuanto a disponibilidad tenemos que estar conscientes que en Puerto Rico se produce muy poco de lo que comemos”, dijo la profesora del RUM a El Visitante. “Tenemos que retomar la agricultura, hay que llevar este mensaje”.
La entrevistada recomendó trabajar con la dignidad del ser humano y su compromiso con el trabajo, ya que en Puerto Rico hay mucha dependencia en los beneficios del Gobierno, por lo que muchas personas tienen accesibilidad a los alimentos. En términos de la utilidad de la comida, aconsejó verificar bien qué se consume. Además, la Isla está expuesta a miles de riesgos ya que –como se mencionó anteriormente- la comida viaja miles de millas antes de llegar a los puertos locales.
En cuanto a los eventos atmosféricos, como los huracanes, la profesora mencionó que la Iglesia Católica puede ayudar mucho, ya que en todos los pueblos y barrios hay una parroquia o capilla, y en esos casos, las instalaciones pueden servir de refugio y centros de comida. “Pero no se puede dejar para cuando ocurra el desastre”, aseveró.
Asimismo, invitó a grupos de jóvenes a involucrarse en la realización de huertos comunitarios, lo que también ayudaría a mejorar las relaciones con la comunidad y fomentaría la sustentabilidad. Expertos en el tema también han recomendado a las familias comenzar a trabajar sus propios huertos caseros, y de esta forma, puedan laborar su propia seguridad alimentaria desde sus hogares.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico El Visitante, semanario de la Iglesia Católica de Puerto Rico.