Por Glenda Y. Rosado
Ayudar a la conservación del planeta es posible hasta en el patio de una casa. La certificación de jardín o patio para la vida silvestre da la oportunidad de crear un hábitat que albergue a especies que han sido desplazadas. Muchas personas ya cuentan con hábitat para la vida silvestre en sus patios.
Para obtenerlo se necesitan varios requisitos que son regulados por la Federación Nacional de Vida Silvestre que es la organización de conservación más grande de los Estados Unidos, con aproximadamente cuatro millones de asociados. Los retos más importantes en los cuales se concentran los esfuerzos de la Federación son: acciones para entender y controlar el calentamiento global, acciones para prevenir la pérdida de hábitat para la vida silvestre y educar acerca de la ausencia de conexión con el ambiente que tienen nuestras generaciones más jóvenes.
El recurso de comida es uno de los requisitos. Un ejemplo de éste son las plantas nativas, frutas y semillas que puedan servir de alimento a los animales. El segundo recurso es el agua, sin duda esencial para la sobrevivencia de los seres vivos. También lugares para protegerse como casas para pájaros y piedras. De igual forma, el hábitat necesita lugar para cuando las aves tengan sus crías, éstas puedan crear espacios para hacer sus nidos y que sus recién nacidos se desarrollen. Además de poseer todos los elementos es importante practicar la sustentabilidad en su jardín, como eliminar químicos y la conservación del agua.
En Puerto Rico, la Sociedad Ornitológica (SOPI) es la organización que dirige el esfuerzo junto a la Federación Nacional de Vida Silvestre. Según su sitio de internet, la SOPI promueve la preservación, conservación, restauración y manejo sostenible de lugares de importancia para las aves en Puerto Rico mediante el estímulo al estudio, la apreciación y la protección de las aves, aportando alternativas de carácter técnico y científico para aquellas acciones que puedan tener un impacto significativo en las aves.
En la isla existen sobre 200 jardines certificados. La escuela Baldwin en Guaynabo cuenta con un hábitat certificado para la vida silvestre, así como la Urbanización Lagos de Levittown. El colegio Marista tiene un aviario pequeñito y tiene un área certificada desde el año 2005 aproximadamente.
Ana Pazos, secretaria de la SOPI y dueña de un jardín certificado, explicó a Atabey la misión de la organización en cuanto a la certificación de jardines. “La intención de nosotros es certificar más hábitats y eso lo puede hacer cualquier persona que tenga un área verde porque aquí en Puerto Rico es bien fácil, si hay coquí y se reproducen ya el hábitat cualifica. Uno como propietario tiene que verificar que cuente con las cuatro cosas que necesita el hábitat”, explicó Pazos.
Según Pazos, puede ser cualquier área verde, comunal, los predios de un colegio o de una Universidad. “Cualquier área verde que tenga fuente de comida, ya que se está hablando de vida silvestre. Es parte del esfuerzo que la SOPI está haciendo en conjunto con la Federación, si la persona tiene una fuente de comida, agua, albergue y un sitio para reproducción ya cuenta con los cuatro puntos para que pueda ser certificada”, detalló.
La SOPI está afiliada a la Federación Nacional de Vida Silvestre desde el año 2003. Desde ese entonces ha llevado a cabo diversas actividades. Durante marzo de este año celebraron la primera Semana Nacional de la Vida Silvestre en conjunto con la Federación donde se reprodujeron materiales en español ya que la vida silvestre es los Estados Unidos no es igual a la vida silvestre de Puerto Rico. En agosto llevaron a cabo una tertulia y el primer taller de embajador de hábitat donde sobre 30 personas se certificaron como embajadores de hábitats. Éstos se encargarán de llevar el mensaje para certificar y proteger áreas verdes para la vida silvestre.
Para más información visite: http://www.avesdepuertorico.org o http://www.nwf.org/In-Your-Backyard.aspx.