sapo concho

Desde que comenzó el Proyecto de Reforestación Finca Gabia se han liberado 33,100 individuos

Con el objetivo de renovar la población de sapos conchos para llevarla a un nivel óptimo, biólogos y personal técnico del Proyecto de Reforestación Finca Gabia, entre los pueblos de Santa Isabel y Coamo, del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) recientemente liberaron unos 6,000 renacuajos de sapo concho (Peltophryne lémur), informó Daniel J. Galán Kercadó, Secretario del DRNA.

“El DRNA ha estado realizando la actividad de liberación de renacuajos de sapos conchos con mayor frecuencia. Dicha especie está actualmente listada en peligro de extinción tanto por el gobierno estatal, como el federal”, explicó Galán Kercadó.

Los renacuajos son traídos de diferentes zoológicos en los Estados Unidos y Canadá. Con la liberación de los 6,000 renacuajos, realizada recientemente, se pueden contabilizar unos 33,100 individuos liberados como parte del Proyecto de Reforestación Finca Gabia hasta el presente.

En mayo de 2007 el DRNA realizó la primera liberación de sapo concho y se reintrodujeron 700 renacuajos en la charca de Gabia. De esta primera liberación se ha estimado que aproximadamente 600 sapitos dejaron la charca para internarse en los alrededores de la finca. Luego, en mayo de 2008 se liberaron 1,600 renacuajos; de los cuales sobrevivieron 1,400 individuos. En esta liberación se encontró que los 200 individuos que murieron padecían de una malformación congénita en la que los apéndices delanteros no se desarrollaron y les era imposible salir de la charca.

“En el 2009 se recibieron y liberaron renacuajos en tres fases, siendo ésta la liberación más numerosa hasta el presente. En la primera fase se liberaron 3,000 renacuajos, en la segunda 8,000 individuos y en la tercera fase se liberaron 13,800 individuos; para un total de 24,800 renacuajos liberados”, añadió.

El personal del Proyecto de Reforestación Finca Gabia acondicionó con podas y remoción de especies de flora invasoras y luego se encargó de reforestar con especies endémicas, amenazadas o en peligro de extinción en Puerto Rico, tales como el palo de Ramón (Banara vanderbiltii), el árbol de matabuey (Goetzeaelegans) y la cobana negra (Stahlia monosperma), entre otras.

El proyecto cuenta con una charca de liberación de 900 galones que fue construida en el 2007 y una charca de reproducción de 45 pies de largo por 18 pies de ancho, un pie de profundidad y un volumen de aproximadamente 6,000 galones.