Estaba con mi familia de road trip en Patillas buscando el charco Survivor. Estacionamos el carro en un terreno baldío cerca de la entrada al camino rústico que nos guiaría a un paraíso de aguas heladas. Equipados con botas de senderismo, mochilas, y por supuesto, una cámara, pasamos por debajo de árboles de péndula y de yagrumo que nos resguardaban con su sombra. Tropezamos con pañales sucios, pedazos de zapatos, latas de cerveza y hasta retazos de plástico de balsas flotantes. El trayecto contaminado hacia la cascada empañó el paisaje. Luego, al llegar al lugar, un verde alucinante de la flora enmarcaba las gigantescas rocas empapadas por aquel chorro de agua que esperábamos estuviese limpia…
Esa basura no solo contaminará la charca y el río, sino que con algún episodio de lluvias fuertes, llegará hasta el mar. Esto es solo uno de los muchos ejemplos de cómo los seres humanos contaminamos nuestros lagos, ríos y océanos. Nosotros mismos ensuciamos el agua que bebemos, donde nos bañamos y de donde sacamos los peces que comemos. Irónico, ¿no?
Tal vez muchos de nosotros estamos conscientes de no tirar basura en ningún lugar: ni en los ríos, ni el mar, ni en la calle; también reciclamos y algunos ¡hasta hacemos composta! Además, todo esto se lo enseñamos a nuestros hijos. Sin embargo, hay otras formas en las que podemos infectar nuestros cuerpos de agua y que quizás no nos estamos dando cuenta.
Recuerdo que cuando era pequeña me encantaba mojarme bajo el chorro de agua que bajaba del techo por el desagüe mientras llovía. Luego chapoteaba descalza en el charco que se formaba en la cuneta. Me encantaba también ver bajar toda esa agua por la alcantarrilla. Inclusive, dentro de mi ingenuidad, colocaba una hoja del árbol de almendro en el torrente de agua que se formaba, para verla navegar hasta la rejilla del drenaje pluvial. ¡Yo jugaba en aguas de escorrentías!
Aguas de escorrentías – es el agua que cae en el pavimento durante un aguacero y corre por las calles, aceras o por cualquier otra superficie impermeable (o cunetas) hasta llegar al drenaje pluvial. El agua de lluvia arrastra los desperdicios que se encuentran en el suelo: basura, aceite de carros, desechos de animales y otras sustancias dañinas hasta el drenaje pluvial y por ese conducto llega directo a los cuerpos de agua sin pasar por una planta de tratamiento.
Entonces, solamente evitar tirar basura no es suficiente, porque estamos en el mismo ciclo: nosotros mismos ensuciamos el agua que bebemos, donde nos bañamos y de donde sacamos los peces que comemos.
¿Qué tal si ponemos en práctica, junto a nuestros hijos, estas actividades para evitar la contaminación por las aguas de escorrentías?
- La basura siempre al zafacón o al reciclaje. (Añadiría que produzcamos menos basura, pero eso es tema para otro artículo.)
- Asegurarse de que la grama y las hojas no lleguen a la calle luego de hacer el patio. El material vegetativo puede tapar el sistema pluvial creando así desbordes.
- Recoger los desperdicios de los perros y echarlos por el inodoro. Si se queda en la grama o en la calle, puede llegar hasta el sistema pluvial y de allí al mar. Si se echa en un zafacón, va a parar al vertedero.
- Lavar el carro en un establecimiento (car wash) que cuente con un sistema de recolectar y filtrar el agua que se usa para el lavado. Evitar lavar el carro en la marquesina o en la calle donde no dispongamos de un método para prevenir que el agua con detergente llegue hasta el sistema pluvial.
- Nunca depositar aceite, pintura, ni otros desperdicios por el sistema pluvial.
- Aquí propongo una actividad para que los niños puedan entender el concepto del sistema pluvial:
Escoger un lugar donde se pueda caminar desde la parrilla de una alcantarilla hasta un río o el mar. Es posible que en algunos lugares se pueda observar un punto de descarga; que es la salida del drenaje pluvial.
1. Llevar al niño a que vea una parrilla de alcantarilla, mostrarle la cuneta y enseñarle que por ahí baja el agua. Explicarle que debajo de la tierra hay unos tubos enormes por donde pasa todo lo que baja por el sistema pluvial. Preguntarle: ¿A donde crees que llega el agua que baja por aquí?
2. Caminar en dirección hacia el mar. Motivarlo a que mire al piso e identifique basura, manchas de aceite o algún otro tipo de desperdicio. Si es posible, recoger la basura que se vea por el camino. Preguntarle: Si nadie lo recoge, ¿qué crees que pase con esto cuando llueva?
3. Observar el área de la playa para ver si se ve algo de basura. Preguntarle: ¿cómo crees que llegó toda esta basura aquí? ¿qué crees que le pase a los animales que viven en el mar? ¿qué crees que podemos hacer para mantener limpio el mar? Aquí se puede abundar sobre las aguas de escorrentías y la contaminación pluvial.
Que el agua que bebemos, donde nos bañamos y de donde sacamos los peces que comemos esté siempre limpia… Y que cada vez que visitemos un paraje de nuestra isla, nos deslumbre por su belleza…
Para más información sobre las aguas de escorrentías visita este enlace de EPA: https://www.epa.gov/npde.