Por Marielisa Ortiz Berríos, Revista Atabey
El deporte, el ambiente y los valores se han aliado en Arecibo para crear un proyecto comunitario visionario para mantener a las familias enfocadas en valores de unificación y en prácticas que aporten a un mejor desarrollo social.
Gracias a la gestión de profesionales, padres, atletas y seguidores de las enseñanzas cristianas, niños y jóvenes de tres sectores del barrio Islote de este municipio costeño -Isla de Cabras, Costa de Oro y Víbora- reciben todos los domingos, desde hace alrededor de cinco meses clínicas de surf, bodyboarding y balompié. De igual forma, ofrecen tutorías, enseñanza de valores e instrucción en la protección de los ecosistemas marinos, utilizando como sede principal el centro comunitario del sector Víbora.
Este proyecto de autogestión funciona como una especie de trueque de servicios, ya que los niños y jóvenes reciben esta asistencia gratuitamente, siempre y cuando sus padres comprometan tiempo semanal para aportar -de igual manera- a los trabajos comunitarios.
Los colaboradores de esta iniciativa, entre los que se encuentran la bodyborder Natasha Sagardía, el líder comunitario y protector de las tortugas marinas Juan Carlos Vega, el surfista Rubén Gómez y el fundador de la Iglesia en la Playa Luis Rivera, ampliarán sus esfuerzos enfatizando en la protección del medio ambiente, mediante la promoción del reciclaje y la filosofía basura cero. Para esto, contarán con la asesoría y apoyo de la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS), del Municipio de Arecibo y de la organización sin fines de lucro en Puerto Rico, Basura Cero.
Los voluntarios de este proyecto mencionaron en entrevista que al momento atienden una matrícula de alrededor de 80 personas, entre los que se incluyen a algunos padres. Recientemente, y como una extensión al trabajo que están realizando en la comunidad costera de Arecibo, varios integrantes viajaron a Guatemala, a un proyecto misionero y deportivo, donde impartieron enseñanza sobre la práctica del surf, donaron ropa y llevaron un mensaje centrado en la Biblia y en los valores.
Los colaboradores del proyecto aseguran que esta experiencia inicial irá marcando un camino de grandes ideas y cambios para la comunidad arecibeña.