Una niña del Centro trabaja en el vivero. (suministradas)

A continuación una entrevista realizada a Zulma Montenegro, directora de la Eco Escuela Centro Niños en Acción, en Trujillo Alto, reconocido por la educación ambiental que le brindan a sus preescolares.

El Centro Niños en Acción se ha dado a conocer como una entidad educativa preocupada por el medio ambiente y la educación ambiental. Como directora de dicho centro, ¿qué te motivó a inculcar en los más pequeños tu pasión por el medio ambiente?

«Muchas son las razones que me motivan a llevarles el mensaje a los niños sobre la conservación del ambiente. Primeramente, los niños y el medio ambiente son uno para el otro. El contacto directo con la naturaleza los ayuda a desarrollarse como individuos saludables desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, un niño que se expone a la siembra, al cuido de las plantas, al recogido de frutos, a clasificar la basura para reciclarla, a respetar a los animales; aprende a admirar y ver el mundo que le rodea de una forma más solidaria y humanista. Los niños de por sí son curiosos y fáciles de enamorar, es por ello que me aprovecho de estas cualidades maravillosas que ellos poseen con el propósito de enseñarles a amar la Tierra.

«Siento un gran deber y compromiso hacia estos chiquitos al saber que esta generación con la que estoy trabajando muy probablemente serán los que en el futuro sobrelleven los resultados de lo que estamos haciendo hoy día al Planeta. Estos niños tendrán la responsabilidad de tomar decisiones futuras a favor del medio ambiente. Es vital comenzar desde edades tempranas a crear conciencia ambiental, ellos aprenderán a apreciar el mundo natural y actuarán a correspondencia con estos sentimientos de forma que estos hábitos aprendidos se perfeccionen a través del tiempo y perduren para toda una vida. El amor por la naturaleza no tiene límites de edad.

«Los niños de por sí son curiosos y fáciles de enamorar, es por ello que me aprovecho de estas cualidades maravillosas que ellos poseen con el propósito de enseñarles a amar la Tierra», dijo la directora.

¿Qué retroalimentación has tenido, tanto de los niños como de sus padres?

«De los niños una fantástica. He sido testigo de cómo sus mentecitas analíticas llegan a asociar que lo que hacemos al momento, tiene repercusiones en otros lugares. Una vez estaba con ellos en la plenaria creando los eco-códigos de nuestra escuelita los cuales estipulan cómo cada niño va a aportar para cuidar del ambiente. Estos eco-códigos los establecen los mismos estudiantes. De paso, en ese tiempo estábamos estudiando sobre los animales en peligro de extinción del Polo Norte. Para mi gran sorpresa uno de los nenes compartió su pensamiento que me dejó boqui abierta, y les estoy hablando de un niño de 4 años. Su aportación al eco-código fue: “Si dejamos la pluma abierta, los osos polares se quedan sin agua”. Cuando escuché ese pensamiento me dije: definitivamente que este chico se llevará este aprendizaje para el resto de sus días.

En el Centro hay un huerto donde los niños trabajan y aprenden.

«En cosas tan sencillas que ellos hacen puedes ver cómo dominan, entienden y se preocupan por el medio ambiente. Por ejemplo cada vez que vamos a salir al patio rápidamente ellos se ocupan de apagar todo lo que está encendido en el salón que no se va a usar, si estamos en el patio surge de ellos patrullar las flores para que los más pequeños no las arranquen, sólo permiten tomar las flores que están en el suelo. Puedes verles corriendo de un lado a otro regando las plantas del agua de lluvia que colectamos del techo. Si algún niño se le escapa y tira basura al suelo puedes sentir cómo se indignan y comienza una búsqueda inmediata de quién echó basura fuera del zafacón. En fin, son tantas las respuestas que ellos me dan que sin duda alguna representa una retroalimentación inmediata de lo conscientes que están sobre la conservación.

«De parte de los padres he sido testigo de cambios impresionantes en su forma actuar. Desde una madre que me confesó una vez que esto de reciclar era cosa de los hippies (lo cual me hizo reír muchísimo), hasta luego adoptar una conducta de cambio donde toda la familia recicla. De padres que han creado espacios en su oficina para establecer pequeños centros de reciclaje para que sus compañeros se beneficien. He visto la alegría de un padre cuando éste se acerca a mí y me comenta que su pequeño hijo los llenó de orgullo porque en una actividad familiar el niño les habló a los presentes en términos no muy comunes a escuchar en tan temprana edad, como por ejemplo: animales en cautiverio, lo que es la precipitación, lo que es el reciclaje, contaminación del aire, calentamiento de la Tierra, animales en extinción. He visto familias enteras que no han tenido más remedio que unirse a la causa pues sus pequeños hijos así lo demandan. Estas son algunas de las retroalimentaciones que he recibido de una comunidad escolar que ha decidido aportar su granito de arena lo cual me llena de alegría ser parte de este cambio.

¿Qué tareas llevan a cabo dentro del centro que enseñan a los niños y sus padres a llevar un estilo de vida sostenible?

«En el centro hacemos muchas cosas. Los niños y familias tienen un centro de acopio para llevar su basura doméstica a reciclar la cual nos recoge semanalmente el Municipio de Trujillo Alto.

«Los niños participan de actividades de siembra a través del huerto y vivero que tenemos y mensualmente solicitamos ayudas a los padres para que participen en la siembra.

Preescolares trabajando con la composta.

«Mensualmente creo alguna campaña con información variada sobre el ambiente la cual se envía a padres a través del correo electrónico. Para mi sorpresa estas campañas han sido muy exitosas pues no sólo se ha beneficiado la comunidad escolar de padres sino que hasta viajan a diferentes partes del mundo.

«Tenemos un club llamado los oficiales de la energía. Estos son niños que hacen monitorías en su hogar utilizando una hoja que les proveemos en la escuelita en la cual deben marcar qué cosas u objetos están encendidos sin que nadie les esté utilizando. El niño tiene la tarea de apagar el artefacto y registrarlo en su hoja de datos. Al día siguiente el niño participante rinde frente a sus compañeros un informe de sus hallazgos y dialogamos sobre cómo podemos ayudar en nuestros hogares a evitar que se siga calentando la Tierra.

«El currículo que utilizamos lo hemos adaptado de forma tal que todas las unidades temáticas tengan un elemento de conservación ambiental.

¿En qué actividades y proyectos se han involucrado?

«Con relación a las actividades hacemos marchas a favor de conductas pro activas que ayuden al medio ambiente, como por ejemplo, hemos participado de marchas a favor del buen uso del agua, marchas a favor de la conservación de energía eléctrica, participamos a nivel mundial de la Ola Verde o Green Wave.

«Este año por primera vez participamos de la Hora del Planeta Tierra “Earth Our 2012”. Esta última fue en grande. Se dio un sábado en la noche en horario de 8:30 p.m. a 9:30 p.m. en el cual apagamos todas las luces del centro y por esa hora hubo varias actividades como lecturas de cuentos, música en vivo para que los niños cantaran y bailaran, con linternas buscamos la vida nocturna de los insectos, tuvimos un telescopio para observar la Luna estrellas, tuvimos de todo un poco.

«Organizamos actividades con escuelas hermanas que pertenecen al programa de Eco escuelas las cuales visitamos o ellos nos visitan y hacemos proyectos de impacto.

Zulma Montenegro, directora del Centro de Niños en Acción