Una línea de gasoducto en Rustavi. (por cinto2, Creative Commons)

Por Arturo Massol Deyá

La más reciente explosión de un gasoducto se registró el pasado miércoles, 16 de noviembre en una desolada carretera de Athens County, aun cuando la compañía operadora expresó que utilizaban las mejores tecnologías sobrepasando los estándares de seguridad de agencias federales (“they did take a moment to say that not only do they follow federal guidelines, they also exceed program requirements”).

Igualmente hemos escuchado al Gobierno de Puerto Rico utilizar los mismos argumentos de esta compañía para garantizar la seguridad de un gasoducto en la isla.

Esta realidad debe aleccionar al país sobre la vulnerabilidad a la que nos exponemos de construirse el gasoducto de Fortuño por una geología escarpada que incluye el reto de grandes pendientes propensas a deslizamientos, zonas de corrosión acelerada y otras tantas más propensas a fallas por inundaciones.

Peor aún, el gasoducto del norte estaría pasando por unos 13 km adyacentes a la PR#10 entre Utuado y Arecibo y por otros tantos más en el Expreso de Diego PR#22. A diferencia de Ohio, estas vías de tránsito son utilizadas por miles de conductores que sus vidas estarían a diario en riesgo temporero al transitar por estas zonas. El Departamento de Transportación Federal (DOT, en inglés) todavía no ha otorgado una dispensa para utilizar las servidumbres de estas autopistas para la construcción del gasoducto.

Si bien es cierto que existen miles de millas de gasoductos en los EEUU, también es cierto que el DOT registra un promedio de dos averías semanales de gasoductos en su territorio. Algunas averías han resultado en explosiones y pérdidas de vida humana. En lugar de comparar a Puerto Rico con las limitaciones para transportar combustible en un continente, el gobierno debería comparar a nuestra isla con otras islas. ¿Qué isla del mundo cuenta con un gasoducto de su mismo diámetro? Ni Japón que utiliza gas natural y está rodeado por las fuerzas del Océano Pacífico.

Es hora ya de descartar esta propuesta temeraria de un gobierno que incumple su responsabilidad de velar por la seguridad del país. Tan criminales son los responsables de una cifra histórica de asesinatos como un gobierno construyendo una bomba de tiempo a lo largo de 100 millas y colocando en riesgo permanente a más de 200,000 personas.

El autor es portavoz de la organización comunitaria Casa Pueblo, en Adjuntas.