El estatus de la palometa en el Caribe todavía cumple con la definición de especie amenazada debido a enfermedades, depredación y otros factores humanos y naturales que aún comprometen la existencia de esta especie a través de toda la región. Basado en la mejor información disponible, el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, (USFWS en inglés) recomendó mantener la población de la palometa (Sterna dougallii dougallii) como especie en peligro de extinción en el noreste de América del Norte, y como especie amenazada en el Caribe.
La palometa es una gaviota migratoria costera que se listó como especie en peligro de extinción el 2 de noviembre de 1987 en el noreste de América del Norte y como especie amenazada en el Caribe. El Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre comenzó a revisar el estatus de la especie el 16 de diciembre de 2008. El 5 de abril de 2010, el Servicio expandió el enfoque de esta revisión para incluir la población del Caribe.
La palometa es un ave mediana, principalmente blanca, con alas estrechas y cola larga. La corona (tope de la cabeza) es negra, su parte dorsal gris y la parte ventral totalmente blanca. Las primeras tres o cuatro plumas del ala (plumas primarias) son gris oscuro platinado con el borde negro. La especie le debe su nombre en inglés, roseate tern, al color rosado que desarrolla su pecho y vientre durante la época de reproducción. Durante la época de reproducción, también tres cuartas partes del pico se van tornando gradualmente rojo-anaranjado. La especie anida en colonias grandes de especies mixtas u homogéneas, y es gregaria aun fuera de la época reproductiva; pernoctando en grupos grandes todo el año.
Puerto Rico
Desde 1990 a 2000, el número de parejas anidando fluctuó significativamente. En 1994 se reportaron 217 parejas anidando y en el año 2000 se reportaron 731 parejas anidando en el suroeste de la Isla. Del 2001 al 2009 se observo una tendencia hacia el aumento de nidos. En Puerto Rico, la palometa anida en cayos cerca de la costa de Lajas, Manatí, Barceloneta, Culebra, Guayanilla y Vieques.
Islas Vírgenes Americanas
El total de parejas anidando varía de 500 a 2,300 parejas. La alta variabilidad se debe en parte a la movilidad de las palometas, que también anidan fuera de la jurisdicción americana. En años recientes, la palometa ha anidado en 17 cayos alrededor de las Islas Vírgenes Americanas.
Llamado a la acción ciudadana:
El público puede ayudar a recuperar esta especie, ya que algunos de los factores que afectan la especie son los disturbios causados por las actividades recreativas cerca de las colonias de palometas y visitas a las colonias durante la época de apareamiento. El hurto de huevos continúa ocurriendo, lo que resta nuevos miembros a la población y hace que los adultos abandonen la colonia. El USFWS recomendó mantenerse alejado de las palometas mientras anidan, usualmente entre los meses de mayo y julio. Para reportar avistamientos de palometas muertas o vivas y sus colonias, las personas pueden llamar al 787-851-7297. Para aprender a reconocer esta especie, sus amenazas y formas en las que el público puede ayudar a conservar la palometa, pueden visitar los siguientes enlaces: http://www.fws.gov/caribbean/PDF/CaribbeanRoseateTern_Presentation.pdf.
Investigación:
La fuente principal de información que se usó para esta revisión de estatus fue la literatura científica publicada desde que se listó la especie. También se utilizaron datos recogidos durante los últimos 20 años en Puerto Rico e Islas Vírgenes Americanas por biólogos del USFWS y expertos en la especie. En las Islas Vírgenes Americanas, personal del Departamento de Planificación y Recursos Naturales que han monitoreado la especie también aportaron información. Como resultado de este esfuerzo conjunto, se ha expandido el conocimiento biológico, alimentario y ecológico de la especie en el Caribe, en particular en Puerto Rico y las Islas Vírgenes Americanas.
Biólogos del USFWS estudian las poblaciones de palometa en Puerto Rico y las Islas Vírgenes Americanas desde 1990. Personal de USFWS, asistido por voluntarios y personal del gobierno local, hacen conteo de nidos en las colonias. También se hacen sondeos de la población desde botes y aviones. Al comienzo de la temporada de reproducción, un equipo visita las colonias donde cuentan la cantidad de parejas anidando. Semanas después, el equipo regresa para contar los pichones y volantones. Mientras se sondean las playas, el equipo también documenta amenazas como parásitos y depredadores como las hormigas, otras gaviotas, playeros turcos, halcón peregrino, ratas y otros mamíferos no identificados. En algunos años, atrapan adultos y pichones para colocarles anillas en sus patas que identifican cada ave individualmente y ayudan a monitorear su distribución. Las anillas permiten verificar a dónde se mueven las palometas después de anidar y las amenazas a las que se enfrentan.