Por Marielisa Ortiz Berríos
La ciudadanía mundial hoy ha tomado gran importancia, ya que la globalización nos ha acercado a diferentes culturas, países y estilos de vida que antes veíamos demasiado lejanos. Ser un ciudadano global implica respetar, aprender y comunicarnos con otros seres humanos, resolver los problemas pacíficamente, defender los derechos y enfrentar la injusticia, conservar los recursos y proteger el medio ambiente.
La era de la industrialización ha traído consigo grandes adelantos y desarrollos, pero también un sinfín de problemas asociados a esta actividad, que ha afectado el medio ambiente, las especies y la salud de los seres humanos. Digamos que siempre hemos estado interconectados de la misma manera, pero en la actualidad podemos ver esas acciones y consecuencias de una forma más rápida y al alcance de nuestra mano con un solo clic.
A través de la televisión, radio, internet y la tecnología en general podemos conocer casi al instante las inundaciones que ocurren en Asia, los terremotos que suceden en América del Sur, las nevadas en América del Norte, las enfermedades mortales en África o los eventos criminales en Europa. Estos son solo ejemplos, pues cualquiera de esos eventos podría ocurrir en cualquier lugar. Las redes sociales han abonado grandemente a que toda esta información sea viral.
Es así como la ciudadanía global o mundial ha tomado una gran importancia debido a cómo nos podemos ver implicados. Una deforestación en Brasil puede ser devastadora para una especie de ave migratoria que llegaba a América Central. La contaminación de un cuerpo de agua podría contagiar a una población con una enfermedad que fácilmente podría llegar a otro país por el contacto con un viajero. La fabricación de un producto de una compañía con base en un país industrializado y sus malas prácticas ecológicas y ambientales podrían afectar directamente a una comunidad pobre de otro país que trabaja en la confección del producto, pero que por necesidades económicas se ve obligada a aceptar ese trabajo. Son tantas las acciones que se pueden hacer hoy aquí en tu país o ciudad, que pueden afectar a lugares remotos al otro lado del mundo, que la lista puede ser larga.
Un ciudadano mundial respeta el medio ambiente y la naturaleza:
· Un ciudadano mundial busca alternativas a la deforestación desmedida.
· Un ciudadano mundial no contamina un cuerpo de agua sino que realiza prácticas ambientales adecuadas y con los permisos requeridos por el gobierno.
· Un ciudadano mundial lleva a cabo prácticas empresariales y comerciales justas para todos.
· Un ciudadano mundial puede ser cualquier persona, un estudiante, una ama de casa, un comerciante, un político, un niño, un anciano, un viajero, un agricultor, un maestro, un científico.
Todos podemos ser ciudadanos globales, mujeres y hombres. ¿Te interesa ser un ciudadano global preocupado por el medio ambiente? Toma acción a favor de la sostenibilidad y riega la voz. Visita http://www.globalcitizen.org.