En Puerto Rico existen árboles enormes que albergan información valiosa para la conservación del medio ambiente y para nuestra historia natural. Con este interés en mente, el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical adscrito al Servicio Forestal Federal y Para la Naturaleza, la unidad del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, hicieron un llamado a la ciudadanía a unirse al proyecto Árboles Campeones de Puerto Rico, que está dirigido a encontrar, medir y dar a conocer los árboles más grandes de cada especie a través de Puerto Rico y sus islas.
Un Árbol Campeón es aquel que por sus medidas de diámetro de tronco, altura, y extensión de la copa se identifica como el más grande de su especie de todo el país. En este momento la lista de Árboles Campeones de Puerto Rico, custodiada por ambas entidades, posee un total de 139 ejemplares localizados en ambientes rurales y urbanos en 34 municipios. Sin embargo, se estima que en Puerto Rico existen más de 750 especies de árboles, por lo que la lista de campeones podría llegar a 600. La meta inmediata del proyecto es identificar al menos 80 nuevos árboles para el 2015.
“Los Árboles Campeones nos muestran el potencial de cada especie de árbol y como, cuando se dan las condiciones adecuadas, pueden llegar a crecer y desarrollar dimensiones magníficas de altura, diámetro y corona que nos maravillan”, indicó Ariel Lugo, Director del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical.
“El proyecto Árboles Campeones es una herramienta única para integrar a la ciudadanía en el proceso de conocer las condiciones que les han permitido a estos árboles vivir tanto tiempo. Desde el año 2011, más de 200 voluntarios han trabajado junto al equipo de la unidad Para la Naturaleza en la identificación, medición y monitoreo de estos árboles pero queremos que más gente participe de este proceso. Además de ser educativo, crea conciencia y permite a los voluntarios conocer la naturaleza de una manera distinta”, expresó Fernando Lloveras San Miguel, presidente de la unidad Para la Naturaleza del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico.
Cualquier persona interesada en nominar un árbol puede hacerlo completando un formulario disponible en la página http://www.paralanaturaleza.org/arboles-campeones/?lang=es. Solamente deben seguir las instrucciones para tomar e ingresar ciertas medidas específicas del árbol, así como información básica de su especie y ubicación, entre otros. El equipo Para la Naturaleza evaluará la información y visitará el lugar con un grupo de voluntarios para confirmar los datos. De encontrar que el árbol es efectivamente el más grande de su especie, se le colocará una placa para identificarlo como Árbol Campeón y se registrará en la base de datos oficial del proyecto Árboles Campeones, la cual se utiliza en múltiples investigaciones científicas. El registro de cada árbol se realiza usando el sistema de posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés) lo que permite a los científicos obtener su ubicación exacta para referencia y estudio a largo plazo. La fecha límite para nominar un árbol es el 30 de junio de 2015.
Árboles Campeones es una iniciativa creada originalmente en Estados Unidos por la entidad American Forests en 1940 y se estableció en Puerto Rico en la década de 1990. Desde hace tres años el proyecto es manejado a través de una alianza entre el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico y el Instituto. Los 50 estados y el Distrito de Columbia poseen igualmente sus listas de árboles campeones. Los árboles que son oficialmente nombrados como campeones requieren que sus medidas sean revisadas cada 10 años.
“El proyecto Árboles Campeones le brinda a cada puertorriqueño la oportunidad de familiarizarse con los árboles de la isla y de aprender sobre la variedad de tamaños y formas que estos pueden alcanzar bajo las distintas condiciones ambientales que Puerto Rico ofrece”, concluyó por su parte Ariel Lugo.
“Los Árboles Campeones pueden contener material genético que ayuda a resistir enfermedades y sequías y además poseen la fuerza física para aguantar huracanes y otros fenómenos naturales. Por todas estas razones, su valor ecológico es inmenso y queremos que los puertorriqueños se activen para ayudar a identificarlos, monitorearlos y protegerlos”, indicó Lloveras.