Muchos de los que transitan a diario por la avenida Roosevelt (área de Guaynabo-San Juan) ni se imaginan que muy cerca, a sólo metros, se encuentra un bosque urbano en donde habitan un sinnúmero de especies de la vida silvestre, que han hecho de este lugar su más preciado hábitat dentro de la metrópoli.

Las melodías del pájaro carpintero, el guaraguao y el pájaro bobo contrastan con el sonido de los automóviles, alarmas, bocinas, altoparlantes, entre otros.

Se trata del Bosque Estatal San Patricio. Hace años, el lugar que comprende este bosque, albergaba una urbanización militar, con carreteras asfaltadas alrededor. Años después el lugar fue abandonado y las casas se quedaron vacías. Con el fin de construir una nueva urbanización de interés social, el Gobierno demolió las casas viejas. Sin embargo, el proyecto no prosperó por la oposición de la comunidad adyacente, ayudando al Bosque a retomar su lugar para convertirse en un pulmón verde dentro de esta área. Visto desde una toma aérea luce como una gran masa verde alrededor del cemento.

Este bosque, lejos de ser un área forestal virgen, es uno secundario que lleva dentro de sí una historia. Aún conserva los escombros que nunca fueron sacados del lugar, pero que la naturaleza los cubrió y ahora sirven de hábitat para animales y plantas. Conserva todavía el asfalto original de las carreteras, que son ahora las veredas, todas rotuladas, y que muchas de ellas son utilizadas para correr bicicleta y para personas en silla de ruedas. El lugar es apreciado en gran manera por la comununidad, que colabora en su manejo, junto al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales.

Para más información acerca del bosque pueden acceder la siguiente página: www.bosquesanpatricio.org.