En la sociedad actual, las personas están acostumbradas a visitar un supermercado o colmado para adquirir las hortalizas y frutas que consumen a diario. Sin embargo, desde que dichos alimentos son cosechados comienzan a morir y a perder sus nutrientes. Es por eso que muchos de esos comestibles empiezan a dañarse a los pocos días de comprados, ya que la mayoría viaja alrededor de tres mil millas.
Una solución a este problema es crear un huerto casero u orgánico en su propio patio. Los co-directores de Iniciativas Ecoeducativas Plenitud, Owen Ingley y Paula Paoli, explicaron a Atabey que un huerto orgánico “es un pequeño espacio de tierra donde se cultivan plantas que pueden ser utilizadas para el consumo, medicinas y preparación de alimentos”. La huerta puede también hacerse en tiestos, aconsejable para personas que viven en apartamentos que no tienen patio, y que utilizarían sus balcones para estos propósitos.
Los huertos orgánicos brindan una serie de beneficios a toda la familia. “Lo principal es la salud, porque los alimentos son orgánicos (naturales) y frescos, quiere decir que tienen más encimas y más nutrientes”, aseguró Paoli, quien es antropóloga, educadora y eco-agricultora. De igual forma, esta actividad brinda economía al hogar, diversión, ejercicio e interacción con la naturaleza.
Por su parte, Ingley, antropólogo, eco-constructor y eco-agricultor, mencionó que un huerto familiar debe estar localizado donde tenga, al menos, seis a ocho horas de luz del sol cada día, preferiblemente desde horas de la mañana, y que no haya obstrucción al sur de la siembra. Esto se debe al movimiento del sol, que siempre va del este hacia el oeste, pero en temporada de invierno, se inclina más hacia el sur. “El huerto debe estar visible para no tener que caminar muy lejos, y lo más cerca de la cocina posible”, recomendó.
Ambos profesionales de la agricultora ecológica mencionaron que el tamaño del huerto varía según el tiempo que la persona tenga disponible, cuántas plantas desea sembrar, la necesidad que tenga, el interés y espacio disponible. “El huerto no debe ser de más de tres o cuatro pies de ancho, si es muy ancho (la persona) va a tener que caminar adentro”, indicó Ingley. Algunas de las especies recomendadas son: pimiento, perejil, cebollines, cilantrillo, espinaca, berenjena, chives, albahaca, recao, lechuga, entre otros.
Para personas que no tengan patio o que vivan en apartamentos, recomendaron usar tiestos de dos a tres galones. Mencionaron que es importante que las personas se familiaricen con los tamaños de las plantas; por ejemplo, especies como el cilantrillo y el recao pueden sembrarse juntos, pero plantas que son más grandes, como la berenjena, o que producen frutas, deben ser sembradas por lo menos con un pie de distancia y en tiestos más profundos. Si se vislumbra hacer un huerto en un balcón es importante verificar que reciba la luz necesaria. Plantas como el recao y la espinaca pueden sobrevivir con poco sol.
Los co-directores de Plenitud recalcaron en la calidad de la tierra. Si la tierra no es buena, se debe levantar el área del huerto sobre una base y luego utilizar tierra preparada en capas o “top soil”. Las capas podrían consistir en estiércol de caballo, hojas, grama, periódico triturado, composta y arena.
Algunas herramientas útiles que se requieren para preparar una huerta son: pico, azada, pala, pala de mano, tijeras para podar y cortar, bombas de mano para echar los pesticidas naturales (plagas de insectos) y fungicidas (hongos).
Este artículo fue publicado originalmente en la edición de agosto de 2010 de nuestra publicación.