Por Marielisa Ortiz Berríos
La palabra justicia se ha ligado últimamente a diferentes conceptos relacionados con el medio ambiente. Se escuchan las expresiones sobre justicia ambiental, justicia climática y más recientemente el comercio justo. Pero no es para menos. Y es que la palabra justicia, según la Real Academia Española, implica dar a cada uno lo que le corresponde. Al lograrse esto (la justa medida) se obtiene un balance, una equidad, necesaria para la supervivencia de los seres que habitan el planeta Tierra.
En la antigüedad, Platón describió la justicia como una virtud “fundante” y “preservante”, porque sólo cuando alguien comprenda la justicia puede conseguir las otras tres virtudes (prudencia, fortaleza y templanza), y cuando alguien posee las cuatro virtudes, es la justicia que mantiene todos juntos.
Es así como la justicia es tan necesaria para los recursos naturales y el medio ambiente en general. Se necesita una armonía para lograr que cada uno de los habitantes (seres humanos, animales y plantas) pueda convivir sin afectar ni mermar los recursos. Éste es unos de los principios del desarrollo sostenible, que también busca esa justa medida.
Justicia ambiental
Acorde a la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) la justicia ambiental es “el tratamiento justo y la participación significativa de todas las personas independientemente de su raza, color, origen nacional, cultura, educación o ingreso con respecto al desarrollo, implantación, aplicación de las leyes, reglamentos y políticas ambientales”. La EPA añade que “el tratamiento justo significa que ningún grupo de personas, incluyendo los grupos raciales, étnicos o socioeconómicos, debe sobrellevar desproporcionadamente la carga de las consecuencias ambientales negativas como resultado de operaciones industriales, municipales y comerciales o la ejecución de programas ambientales y políticas a nivel federal, estatal, local y tribal”.
Conforme a la Agencia, “la participación significativa resulta cuando: (1) los residentes comunitarios potencialmente afectados tienen una oportunidad apropiada para participar en las decisiones sobre una actividad propuesta que afectará su ambiente y/o salud; (2) la contribución del público puede influir el proceso de tomar decisiones reglamentarias de la agencia; (3) las preocupaciones de todos los participantes involucrados tomarán en cuenta el proceso de toma de decisiones; y (4) las personas que toman decisiones deben buscar y facilitar la participación de aquellas personas y grupos que estén potencialmente afectados por sus decisiones”.
Justicia climática
Entre tanto, la justicia climática se ha dado a conocer más recientemente debido a todos los problemas ambientales asociados al calentamiento global y cambio climático. Estos términos se han discutido mucho en foros internacionales, noticias y eventos multitudinarios con el propósito de educar y lograr consensos entre países. La justicia climática ha sido promulgada y defendida por Caritas Internacionalis, organización católica dedicada a combatir la pobreza e injusticia en el mundo. Con la campaña, “Sembremos juntos justicia climática”, Caritas urge a los gobiernos de las diferentes naciones que negocien acuerdos climáticos socialmente justos para después de 2012.
La campaña lleva el mensaje de justicia para los pobres de los países en vías de desarrollo, que son los más afectados por las repercusiones negativas del cambio climático, pese a que son los menos que han contribuido a crearlo.
Caritas menciona que los países en vías de desarrollo son los que tienen menos posibilidades de reaccionar y los más vulnerables a los cambios de las pautas meteorológicas, las tormentas catastróficas y otros efectos del cambio climático.
Comercio justo
Según la enciclopedia libre Wikipedia, el comercio justo, acuñado fuertemente en Puerto Rico durante los últimos años, pero que se originó en 1964, “es una forma alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales, por Naciones Unidas y por movimientos sociales y políticos (como el pacifismo y el ecologismo) que promueven una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores”.
El comercio justo, conocido en inglés como “fair trade”, tiene varios principios, entre ellos la igualdad entre hombres y mujeres, el respeto de los derechos humanos, la valoración de la equidad y la producción ecológica y el cuidado del medio ambiente. En Puerto Rico existe una tienda de comercio justo, llamada La Chiwinha. Su página de internet, invita al público a compartir una alternativa de comercio, donde el productor es tan importante como el consumidor. “Donde se toman en cuenta los valores culturales, sociales y ambientales de cada comunidad, preservando y difundiendo su particularidad”, reza el portal.