A continuación un artículo suministrado por la Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil, con base en España. Según su portal en la web, la Fundación FITSA nació con la finalidad de potenciar la integración de la innovación tecnológica con la demanda social de la seguridad y respeto medioambiental en el automóvil.
La Fundación fue creada en el año 2001 por AECA ITV (Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos), ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) y SERNAUTO (Asociación Española de Fabricantes de Equipos y Componentes para Automoción) con el apoyo de los Ministerios de Interior, y de Ciencia y Tecnología.
Agradecemos a FITSA la colaboración del artículo y fotos. Saludos desde Puerto Rico.
Los vehículos, al igual que el ave fénix, no mueren cuando acaban sus días sino que resurgen de sus cenizas para cubrir nuevas necesidades con formas tan dispares como la del asfalto, los muros, los vidrios o las grasas de uso industrial, entre otras. Para conseguir esta evolución póstuma los vehículos pasan por procesos que además de darles una nueva vida útil, minimiza el impacto medio ambiental que provocan sus residuos. A pesar del desconocimiento que sufre esta labor por parte de la sociedad, hoy en día el reciclado de coches ocupa un plano más que importante tanto a nivel social como político.
Se puede considerar que un vehículo llega al final de sus días cuando deja de ser operativo, ya sea porque se ha quedado obsoleto, porque lo han abandonado o por haber sufrido un accidente. Sólo en España, aproximadamente 900.000 vehículos llegan cada año al final de su vida útil, es decir que en 2010 casi un millón de vehículos dejarán de ser utilizados, lo que generará una serie de residuos que deberán ser sometidos a un correcto tratamiento para reducir su impacto medioambiental.
Cuando hablamos de los residuos generados por un turismo tenemos que tener en cuenta que, como cualquier otro producto, éste supone una fuente de contaminación desde su fabricación hasta el final de su vida, y no sólo en este último momento. En base a esta concreción, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) realizó en el año 2000 un estudio sobre los residuos generados por un vehículo en toda su existencia, llegando a la conclusión de que en España los turismos generan aproximadamente 550.000 toneladas de residuos al año, de las que 470.000 se producen en los concesionarios y talleres durante la vida útil del vehículo, es decir, que mientras que el turismo está en funcionamiento se generan aproximadamente seis veces más residuos que en los centros autorizados de tratamiento.
Cuando un coche llega al final de su vida útil genera múltiples residuos tanto sólidos (como chatarra, neumáticos, vidrio y plásticos) y líquidos (refrigerantes, aceites, líquidos de dirección o de frenos) como gaseosos (los del circuito de refrigeración). Estos restos, junto con la batería del coche y los filtros suponen una importante fuente de contaminación ambiental. A pesar de la multiplicidad de residuos, el mayor impacto de la etapa del fin de vida de un vehículo radica en la cantidad de residuos sólidos generados en el proceso.
Si bien todos los vehículos generan residuos es importante recalcar que el porcentaje final de contaminación varía en función de la composición inicial del vehículo, es decir, de los materiales por los que esté compuesto. Pero, ¿cuáles son exactamente los residuos que genera un vehículo? Entre los principales residuos contaminantes de un vehículo se encuentran los aceites, combustibles, filtros, líquido de frenos, anticongelante, CFCs (clorofluorocarbonados), neumáticos, baterías, motores, catalizadores, asientos y textiles, plásticos, vidrio y residuos de fragmentación.
Para iniciar el proceso de transformación de todos estos elementos es necesario entregar el automóvil a un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT), que tramitará la solicitud de baja del vehículo, se encargará de descontaminar el vehículo y enviar los residuos ya separados a las plantas de tratamiento correspondientes.
El proceso para darle nuevas vidas a un vehículo fuera de uso, al igual que el de cualquier electrodoméstico susceptible de ser reciclado y reutilizado, se compone de cinco etapas: la de la prevención, llevada a cabo por los fabricantes y sus proveedores a la hora de adoptar las medidas adecuadas para reducir el impacto; la de la preparación de los productos convertidos en residuos para su reutilización; la del reciclado, que puede ser mecánico y consistir en la recuperación del material para usarlo en su aplicación original, o químico, para recuperar las materias primas del material residuo; el de la valorización energética, que consiste en usar los residuos como combustibles o como un modo de producir energía, y el de la eliminación.
La meta para el futuro es conseguir un mayor grado de reciclado y minimizar cada vez más el impacto en el medio ambiente. Siguiendo esta máxima, para el año 2015 la Directiva 2000/53/CE de la Comunidad Europea establece que deberá alcanzarse un nivel de recuperación del 95% de los vehículos y que sólo el 5% podrá destinarse a la eliminación en vertederos. En 2007 ya se reciclaban el 85,6% de los vehículos, un porcentaje superior al objetivo de ese año, que se fijó en el 85%. Los grandes electrodomésticos, por su parte, tienen un porcentaje de reutilización del 94%, mientras que los pequeños se sitúan sólo en el 72%. Los equipos informáticos están en un punto intermedio con un 82% de reutilización.
Para conseguir esta meta se hace indispensable afrontar nuevos retos, como la codificación estandarizada de los materiales para favorecer su identificación en el desmontaje del vehículo, así como la cooperación de todos los agentes implicados, la prevención limitando el uso de substancias peligrosas al fabricar los vehículos y adaptando el diseño para fomentar y facilitar la recuperación de materiales. Un elevado esfuerzo que, de lograrse, daría un respiro al medio ambiente y nos situaría más cerca de la explotación sostenible de la industria del automóvil.
Información suministrada por la Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (www.fundacionfitsa.org).